¿Cómo influye la monitorización en el aseguramiento de las estructuras?

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La mayor probabilidad de fallo de una estructura se produce en sus primeros años de vida (ver apartado 5.1).
Esto se debe a que es el período en el cual se suele manifestar cualquier comportamiento anómalo debido a la existencia de vicios ocultos, errores de diseño o errores de ejecución; como ejemplo, por este motivo se suele contratar un seguro decenal en edificación y por vicios ocultos, ligados generalmente a humedades e instalaciones.

Las compañías de seguros aceptan (o no) el riesgo y calculan las pólizas teniendo en cuenta la probabilidad de fallo y el costo que tendría la reparación de los daños en una determinada estructura.
En ese sentido, la instrumentación y monitorización representan una disminución del riesgo asumido por los promotores y por las aseguradoras, dado que el seguimiento continuo favorece la detección tempana de respuestas no previstas.

Esto permite realizar intervenciones que se anticipen a los daños, cuyo coste de reparación sería superior al generado por acciones de respuesta tardías.

Esta serie de aspectos representan ahorros de tiempos de reparación y dinero, buscando que las estructuras no dejen de estar operativas, y en caso de que esto sea inevitable, que el servicio esté interrumpido el menor tiempo posible, lo cual se traduce en una mayor confianza en la solución, y posibles reducciones en los costes de las pólizas.


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