¿Cómo pueden cuantificarse dichos problemas?

GEOFONO TRIAXIAL_CONTROL VIBRACIONES INDUCIDAS

 

El comportamiento estructural se evalúa, en diseño, a través de la comprobación de los estados límite, tanto de servicio como últimos.

En cuanto a la fase de servicio, para cada estructura y para cada proyecto o anejo de monitorización/vigilancia/mantenimiento en particular será necesario establecer los límites de lo que representa un problema estructural con unos valores de referencia para las diferentes magnitudes medidas (por ejemplo, una deflexión o deslizamiento máximos esperables), tanto para inspecciones como para monitorización. Dichos límites deberán ser establecidos por las partes implicadas: responsables técnicos y Propiedad; generalmente, siendo habitual la implementación de diferentes escalas o niveles de aviso en función de la representatividad del parámetro medido y de su eventual repercusión en el comportamiento de la estructura.

Estos límites numéricos o umbrales, o al menos los no críticos de los mismos, deberán ser una fracción de los referidos a estados límite, los cuales no deben rebasarse en ningún caso, y son límites que se establecen en la fase diseño. Los umbrales deberán fijarse tras juzgar una parte representativa de los datos medidos, apoyándose en cálculos y/o técnicas avanzadas, y la documentación existente para la estructura (proyecto, pruebas de carga, inspecciones, etc.).

De cualquier modo, estos umbrales y los criterios para su determinación variarán en cada situación. Por ejemplo, hay estructuras, como puedan ser las de patrimonio histórico, en las que los límites de lo que representa un problema se relacionarán con el Estado Límite Último; mientras que, por ejemplo, en un puente en servicio, generalmente los límites tendrán más relación con el Estado Límite de Servicio. En algunos casos, los límites vendrán marcados por requisitos que el cliente impone, por ejemplo, requisitos estéticos sobre la abertura de las fisuras o el confort del usuario, como pueda ser ante situaciones de exceso de desplazamientos o vibraciones.

 

Con todo lo anterior, y teniendo siempre presente que cada caso es único y
tendrá sus particularidades, debería establecerse una clasificación jerárquica de los eventuales problemas que puedan aparecer en una estructura, del tipo: muy leve, leve, moderado, grave y muy grave. En función de los valores numéricos y la inspección visual realizada, el fallo deberá englobarse en uno de dichos grupos.

En cualquier caso, se recomienda que, para cualquier medición anómala
registrada o nivel de aviso alcanzado, se confirme la bondad y estabilidad
del dato mediante la correlación de diferentes parámetros, así como con los correspondientes análisis técnicos que confirmen el escenario detectado.

Esta clasificación tan sencilla y global permitirá a propiedades y gestores, sin formación técnica y/o especializada, comprender de forma sencilla y clara la importancia del problema detectado en la estructura, para así poder tomar decisiones, lo cual estará directamente relacionado con los umbrales de intervención que se exponen en el siguiente apartado.

 

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