¿Qué es el recálculo del hormigón y para qué sirve?
El proceso de recálculo consiste, básicamente, en volver a realizar los cálculos pertinentes para saber la resistencia que tiene una estructura ya construida, en un momento determinado de su vida útil.
Los resultados que se obtendrán al realizar el recálculo diferirán más o menos de los resultados que se obtuvieron al hacer los cálculos teóricos en el proyecto de construcción, según el estado de deterioro de la estructura y la corrección con la que se ejecutó la obra.
Cuando en una inspección se observan daños en el hormigón, se deben tomar medidas para, en base a ellas, realizar un recálculo y así saber la resistencia que tiene la estructura en ese momento.
Una vez realizado el recálculo se deberá evaluar si con la resistencia que tiene la estructura, esta puede soportar las cargas para las que fue proyectada, cumpliendo unos requisitos de seguridad adecuados. En caso de que no sea así, se deberá tomar una decisión sobre la estructura y, si procede, realizar un proyecto de reparación o rehabilitación.
Incluso en el caso en que los requisitos de seguridad se cumplan, la reparación o rehabilitación puede ser necesaria o conveniente por razones de funcionalidad, estéticas, o de otro tipo.
En el proyecto de reparación se realizará un recálculo más exhaustivo que el anterior, para conocer la resistencia real de la estructura, y determinar si esta será capaz de soportar las operaciones de reparación.
Se realizará además otro recálculo, elemento a elemento, para determinar si es necesario proyectar un refuerzo para que la estructura vuelva a cumplir los requisitos de seguridad, o si será suficiente con rehabilitar sus elementos.
En cualquier caso, siempre se deberán cumplir las exigencias que marca el Código Estructural y cualquier otra normativa que fuera aplicable.
El recálculo se deberá realizar siempre siguiendo los mismos criterios que se utilizan para realizar los cálculos de proyectos de obra nueva.