¿Qué son y cómo se hacen las inspecciones básicas?

Las inspecciones básicas (o rutinarias) de las estructuras son inspecciones visuales que se llevan a cabo por personal no especializado, sin la utilización de medios de acceso. Se realizan con una periodicidad de 15 meses, y en el caso de puentes de ferrocarril, se hacen cada año.

Este tipo de inspección tiene por objeto detectar deterioros de forma temprana; de esta forma se pueden subsanar antes de que lleguen a convertirse en patologías graves, que pongan en peligro la funcionalidad y seguridad de la estructura, resultando así el coste de reparación mucho más bajo y proporcionando a los usuarios un mayor nivel de seguridad.

Otro objetivo de las inspecciones básicas es detectar daños que necesiten una reparación urgente, de tal manera que la estructura cumpla todos los requisitos de seguridad y funcionalidad.

Los defectos que se pueden encontrar en el proceso de inspección son

  • Deformaciones excesivas en elementos horizontales, tales como vigas y
  • Fisuras o grietas, tanto estructurales como no
  • Cambios de aspecto superficial del hormigón

La aparición de cualquiera de estos defectos obligará a realizar inspecciones de nivel superior (principales o especiales) para evaluar los defectos encontrados.

Además, teniendo en cuenta que estas inspecciones se realizan como parte de la labor de mantenimiento, uno de los aspectos más importantes a inspeccionar es la limpieza y el buen funcionamiento de los sistemas de desagüe.

 

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